La Villa Termal de Caldes de Malavella está situada en la comarca de La Selva en la provincia de Girona, en torno a tres pequeños cerros formados por la deposición de carbonatos provenientes de las aguas termales: los cerros de Sant Grau, Les Ànimes y Les Moleres. Fueron los romanos quienes la convirtieron en un municipio urbano, Aquae Calidae, en el que se asentaron atraídos por sus aguas curativas.
Las surgencias del agua termal son un elemento singular de Caldes, que han definido el carácter desde la antigüedad. Sus calles, plazas y jardines están llenos de elementos patrimoniales que reflejan un legado histórico forjado a través del estrecho vínculo entre estas aguas y sus habitantes: las Termas Romanas, los Balnearios, las casas modernistas, los paseos…
Con numerosos balnearios, Caldes de Malavella fue un referente desde el siglo XIX cuando la burguesía visitaba este municipio para pasar temporadas de descanso y reposo. Las propiedades reconocidas del agua termal a través de los baños termales favorecieron su embotellamiento para que los pacientes pudiesen seguir el tratamiento en su casa. Este sería el embrión del aprovechamiento industrial del agua termal, que tuvo diferentes promotores y se convirtió en un motor económico para la población. Actualmente se embotellan las aguas carbonatadas mineromedicinales Vichy Catalán, San Narciso, Malavella y Imperial.
Hoy en día ha sabido conservar este sabor a través de dos balnearios emblemáticos, el Vichy Catalán y el Prats, donde se pueden realizar terapias hidrotermales (piscinas, saunas, inhalaciones, duchas de presión, duchas horizontales, masaje Vittel), envolturas de barro y parafina, masajes, drenajes linfáticos, tratamientos de adelgazamiento o reafirmantes y terapias vinculadas con la belleza y el bienestar.