Carabanchel promueve la declaración de Interés Cultural para su villa romana y termal
Entre la estación de Eugenia de Montijo y la avenida de los Poblados se encuentra una villa romana enterrada en un emplazamiento que cuenta con el templo mudéjar más antiguo de Madrid, la ermita de Santa María la Antigua (siglo XIII), aunque no es este histórico edificio el único vestigio del pasado de la zona.
Bajo tierra se esconde un yacimiento romano que se descubrió en 1819 y que todavía hoy espera a que alguien lo saque a la luz, lo que podría ocurrir como consecuencia de su esperable declaración como Bien de Interés Cultural (BIC). A principios del XIX, los arqueólogos se toparon con un mosaico que actualmente se puede ver en el Museo de San Isidro, pero nada más se hizo, pese a que este hallazgo llevó a los cronistas de la época a sospechar que bajo tierra no habúa una simple villa romana dedicada a la agricultura, sino mucho más. Una posible ciudad con termas, templos y villas alrededor. Tesis que ha venido apoyando recientemente Carlos Caballero, arqueólogo y portavoz del Colegio de Arquitectos de Madrid, quien ha presentado en el registro de la Consejería de Cultura y Turismo de la Comunidad la solicitud para la declaración del lugar como Bien de Interés Cultural (BIC). Un ejemplo más de la ingente riqueta histórica y cultural de los vestigios termales que puede ofrecer nuestra tierra.