En O Carballiño son habituales los castaños y “carballos” (robles), de los que deriva el nombre de esta villa. Las sierras de A Martiñá, O Suido y O Testeiro rodean este destino, con picos, que, en algunos casos, llegan a sobrepasar los 1.000 metros. Pero uno de los recursos más característicos de este territorio es el agua. El agua subterránea de sus manantiales con propiedades mineromedicinales, haciendo de este destino un paraíso termal. Y, por otra parte, el agua del río que recorre estas tierras, el Arenteiro, creando un paisaje y entorno natural de gran atractivo. Zonas recreativas, fuentes, molinos, zonas de pesca o lavaderos son habituales en las proximidades del cauce de este río.
O Carballiño es la entidad de población más reciente de la comarca. Se gestó en torno a la feria creada por los frailes de Oseira en el primer tercio del siglo XVII. Su condición de encrucijada, lugar de paso natural entre las Rías Baixas y el interior meridional de Galicia, y entre O Ribeiro y el norte de Portugal con Compostela, marcó tanto el origen de la feria como su consolidación y pujanza posteriores.
Nació O Carballiño al pie del camino (s. XVII) en las tierras del monasterio de Oseira (s. XII), una de las abadías más poderosas de la Baja Edad Media; se convirtió en el eje de la arrieiría tras popularizarse su feria (s. XVIII); acrecentó el interés general con la difusión de los poderes curativos de sus aguas termales (s. XIX); emprendió iniciativas industriales y comerciales, creando fábricas del papel, madera, jabón y curtidos (s. XIX), y buscó nuevos horizontes, primero, allende las aguas atlánticas (ss. XIX y XX) y, más tarde, en Europa Central (s. XX), como si la condición de emigrado le viniese impuesta con su nacimiento.
A día de hoy, se puede encontrar en esta villa una rica oferta termal (Gran Balneario do Carballiño, Caldas de Partovia y Bañiños de Arcos), gastronómica, siendo el pulpo el recurso gastronómico más conocido y con mayor proyección internacional, natural, con zonas verdes y de recreo, y patrimonial, siendo referente de la villa el Templo da Veracruz, segundo gran proyecto construido en Galicia por el arquitecto Antonio Palacios Ramilo.