A caballo entre Galicia del mar y Galicia del interior, encontramos una tierra llena de vida; estamos hablando de una tierra de agua, de una tierra de piedra, estamos a hablar de Cuntis.
Conocido por sus aguas termales ya desde la antigüedad. La cultura romana, que supo apreciar las calidades de las burgas y de las aguas minerales, dejó muestras de su filosofía por estas tierras, y así lo testimonian los numerosos hallazgos arqueológicos de aquel tiempo, lo que nos hace ver a Cuntis como un antiguo centro termal romano.
En la actualidad es un referente en el termalismo de Galicia. Son numerosos los manantiales que manan de su subsuelo a diferentes temperaturas que van de los 18° al 59°, y con variadas propiedades terapéuticas. De ellas se sirve el balneario “Los Forniños” para aliviar las dolencias de tipo reumático, respiratorio e incluso cutáneo. En el referente a su composición química, están calificadas como aguas minerales medicinales Sulfurado- Sódicas-Termales”.
La Burga Lume de Deus brota en la plaza de Galicia a 59° y es empleada por los vecinos por sus propiedades medicinales, como también la burga de la Rúa Real, en la calle del Balneario que tiene una temperatura de 53°. Para uso cutáneo se recomienda la Fontiña del Castro, localizada en el Parque de las Candelas.
La presencia del pasado , con sus diferentes vestigios arqueológicos, la belleza del paisaje y su singular casco histórico que muestra una arquitectura típicamente gallega en todo su esplendor, así como sus conocidas aguas termales, hacen de esta villa todo un destino turístico perfecto para desconectar de la rutina y disfrutar de la tranquilidad.