Fundada por los romanos con el nombre de Lucus Augusti, la ciudad de Lugo existe desde hace más de dos mil años y atesora en la actualidad el reconocimiento de la UNESCO de tres Patrimonios de la Humanidad: su Muralla Romana, su Catedral y el Camino Primitivo de Santiago que la atraviesa.
La Muralla Romana, la única del mundo que conserva todo su perímetro, es el mejor testigo de historia, pues desde que fue erigida perduró inquebrantable a lo largo de los siglos, convirtiéndose en el símbolo por excelencia de esta capital gallega. Pero la impronta romana no se ciñe solo a la muralla sino que también se conserva el famoso puente romano sobre el río Miño y las termas, en las que hoy se sitúa el Balneario Termas Romanas de Lugo, uno de los más antiguos de Galicia.
Se trata de una ciudad acogedora y dinámica en la que la historia y la modernidad se dan la mano.
Sus abundantes recursos patrimoniales, culturales y naturales, así como sus aguas termales combinan perfectamente con la gastronomía que ha hecho famosa su frase: “E para comer, Lugo” poniendo en evidencia la calidad del producto y la importancia que tiene en esta ciudad, donde las tapas se han convertido en lo más típico para disfrutar con algún vino D. O Ribeira Sacra.