Las villas termales también son un destino jóven y familiar


Las villas termales también son un destino jóven y familiar

Aunque han quedado atrás hace décadas las dificultades para que los más pequeños y los adolescentes pudieran disfrutar del termalismo, aún no es conocida ni valorada en su justo término la propuesta turística que hace para las vacaciones familiares el turismo termal, pero la reapertura tras la pandemia puede hacer cambiar este verano esa falsa impresión.

Hace décadas que la negativa frontal de los establecimientos termales a aceptar niños en sus instalaciones y actividades saludables ha pasado a mejor vida, pero aún se prodiga cierto desconocimiento sobre la viable alternativa que supone el sector del turismo termal para las vacaciones en familia.

Aún siendo cierto que quedan balnearios que sin ser centros destinados tan solo al público adulto, siguen prohibiendo el acceso a a algunas instalaciones (como las piscinas termales) a lo menores de 14 años, cada vez es el mayor el número de los que adaptan su oferta a las necesidades y demandas de las vacaciones familiares propias de esta época veraniega. Fundamentalmente, porque el crecimiento de la oferta ambiental, gastronómica o monumental de que se han sabido rodear las propuestas de las Villas Termales para sus clientes habltuales ha abierto la puerta a que el turismo termal familiar se convierta en una opción muy válida para combinar el relax y la salud que proponen habitualmente estos centros, con una adaptación a cada franja de edad.

Balnearios para todos

El primer mito que se derrumbaba en torno a lo apropiado de llevar a niños y jóvenes a los establecimientos termales ha ido desapareciendo gradualmente, hasta el punto de que tanto familias como establecimientos han comprendido que las edades a las que los más pequeños pueden disfrutar de un balneario depende de diferentes variables. Comenzando, ineludiblemente, por considerar el tipo de agua y los diferentes efectos que genera en nuestro organismo a diferentes edades un spa (agua caliente sin minerales) o un baño termal. Por eso, la primera recomendación para quien quiera afrontar nuevas aventuras vacacionales con la saluid y el relax como referente debe informarse, previamente a la reserva en un balneario, sobre el tipo de agua que encontrará, además de su composición y temperatura para evitar aguas mineromedicinales que pueda perjudicar a bebés o a niños menores de seis años. En la actualidad, la práctica totalidad de los establecimientos termales establecen, llegado el caso, una edad mínima para acceder a los baños termales que puede oscilar, según el caso, entre los 2 y 5 años.

Lo demás ya será aplicar el sentido común y seguir indicaciones que ya ofrecen por defecto los establecimientos, proponiendo horarios para los pequeños en los que se registra menos concurrencia y orientar el tiempo máximo que un niño puede pasar en el agua.

Grandes beneficios para todos

El hecho de que los niños necesiten un mayor recambio hídrico, al estar formado su cuerpo por un 80% de agua, permite que un balneario puede ofrecer en esas bandas de edades importantes mejoras para quienes sufren cualquier tipo de padecimiento respiratorio, como el asma, o relacionado con la piel, como la característica dermatitis atópica que afecta a muchos niños y niñas. Si a ello unimos las propiedades que los baños ofrecen para la mejora del apetito, la ayuda a la relajación y el aumento del equilibrio, coordinación y flexibilidad, tendremos un completo cóctel de propiedades que además se convertirán fácilmente en hábitos que luego será sencilo mantener en su madurez.

Todo ello sin olvidar que el uso de tratamientos mineromedicinales tambiñen son eficaces en mayor o menor medida para evitar retrasos en el crecimiento, problemas de apatía temporal, nerviosismo, ansiedad e hiperactividad.

 

Ofertas personalizadas en nuestros balnearios

Las propiedades que las aguas mineromedicinales ofrecen,y sus beneficios con la supervisión adecuada, es materia sobradamente conocida en países vecinos como Francia donde la red de balnearios se dirige habitualmente al ámbito escolar con programas públicos que pretenden promover hábitos saludables entre los más jóvenes, que al ir creciendo mantienen esas referencias en sus elecciones vacacionales y turísticas.

Algunos Balnearios han comenzado a poner en valor los tratamientos terapéuticos que ofrecen para los problemas de salud de los más pequeños, con equipos de médicos supervisando programas específicamente dirigidos a los más pequeños, adaptándolos, a enfermedades respiratorias como el asma bronquial o la bronquiolitis, la rinofaringitis, las sinusitis obstructivas y todo tipo de infecciones respiratorias agudas y crónicas, incluyendo el catarro común y otras afecciones menos importantes.

Hay casi tantas opciones como Balnearios en la red de Villas Termales para disfrutar en familia de las propiedades de este tipo de turismo de salud. Por poner un ejemplo de actualidad, precisamente por su reapertura, el Balneario de Ledesma (Salamanca) ofrece a orillas del Tormes para los más pequeños, un montón de posibilidades, pese a que al ser sus aguas termales sulfuradas de alta mineralización y presentar una temperatura elevada de 46º no son recomendables menores de 4 años. Pero como la totalidad de la familia pasa al llegar al Balneario una completa revisión los tratamientos pueden personalizarse en función de sus singularidades y de su edad.

Otro ejemplo de la personalización que ofrece la red de Villas Termales es el caso de Termas de Cuntis donde se ofrecen Desde hace años programas específicos para los más pequeños, con tratamientos infantiles dirigidos a conseguir una buena ventilación bronco-pulmonar, disminuir el consumo de medicamentos o evitar las crisis de asma bronquial. Y lo mismo sucede en otras comunidades como Cantabria o Aragón, donde hace tiempo que se ofrecen actividades de animación para los pequeños de la familia que permiten que los adultos realicen sus tratamientos sin la continua supervisión de los pequeños.

Son cambios perceptibles y constantes, que están cambiando y mejorando sustancialmente la imagen que del Turismo Termal tenemos en nuestro país y que este verano tendrá sin duda fiel reflejo en la campaña que tímidamente comienza a dar sus pasos.